El género literario está repleto de subgéneros, como también de dificultades que hacen que su traducción sea una de las más difíciles. Hay ciertos rasgos distintivos, y aquí los vamos a ver para que luego no te lleves sorpresas al ojear tarifas de traducción literaria.
Lo primero que debes saber es que las figuras retóricas, al igual que sucede con los juegos de palabras, no pueden pasar por una traducción literal. Eso obliga al traductor a buscar símiles o juegos parecidos para conseguir el efecto que el autor original deseaba, lo que puede entrar en conflicto con todo el sentido de la obra.
Asimismo, cualquier poesía se convierte en todo un escollo para cualquier profesional de las traducciones literarias. Hay quienes dicen que es un género imposible de traducir por lo que significa y lo que implica, pero hay grandes trabajos de expertos que han conseguido plasmar exactamente lo mismo que el material original al cambiar de un idioma a otro.
La traducción de los nombres de los personajes también suele ser un problema para los traductores. Hay ocasiones en las que estos se establecen de forma que describen o dan pistas sobre el carácter del personaje, por lo que no se pueden mantener de forma idéntica al idioma original si se quiere dar esa misma pista al lector. Ocurre lo mismo con las localizaciones y las criaturas, en caso de haberlas.
En definitiva, lo que tiene de especial una traducción literaria es justo lo que tiene de especial el género literario. Tiene un carácter creativo y distintivo que obliga a aplicar eso mismo a la hora de traducir.