Para traducir una obra literaria hay que tener en cuenta el contexto cultural que ya hemos citado, la riqueza del léxico de la obra, las particularidades del idioma en el que se escribe y también las de la lengua a la que se traduce, la propia forma de ser del autor y su forma de escribir e, incluso, todo el contexto de la propia obra y, en ocasiones, del resto de obras del autor.
El traductor debe prestar especial atención a las figuras literarias que se empleen, las construcciones gramaticales y la cadencia de la obra, entre otros muchos elementos. Por eso, afrontar una traducción de obra literaria requiere tener un dominio total y absoluto de los dos idiomas con los que se va a trabajar, así como tener una gran cantidad de información sobre el contexto social de los países en los que se hablan estos idiomas.
Suena complicado, y lo es, de ahí que al preguntar cuánto cuesta la traducción de libros siempre se vean los precios más altos de este sector profesional. Y es que aquí hay que tener en cuenta mucho más que de costumbre, no basta con hacer una traducción literal para intentar mantener una fidelidad absoluta. Se debe conservar el significado, pero en ocasiones hay que amoldar el mensaje para que encaje mejor con la cultura a la que se destina.
Estos profesionales tienen que enfrentarse, por ejemplo, a juegos de palabras que pueden perder todo su sentido y su gracia cuando abandonan el idioma original, como también figuras retóricas o frases hechas que se basen en el saber popular del país en el que se desarrolla o se escribe la obra. Deben buscar la forma de reinterpretarlo todo para trasladar el mismo mensaje, pero cambiando las formas para que encajen con el público destino.
Se puede decir que una traducción literaria es casi como reescribir una obra de cualquier clase. Sea un poema, sea una novela, un ensayo o una obra de teatro, el traductor tiene que amar ambas lenguas para tener un dominio total de ellas, pero también un profundo conocimiento sobre el autor y el contexto, tanto de la obra como del momento en el que se escribió y del público al que se dirige.