La formación que debe tener un buen traductor académico es variable. Todo depende del tipo de documento con el que se deba trabajar, ya que hay algunos que necesitan los servicios de un traductor jurado oficial que no solo pueda encargarse de trasladarlo todo a otro idioma, sino también de firmar y sellar la documentación para que esta tenga validez a ojos de cualquier organismo público. Es habitual que para la convalidación o la continuación de estudios en una universidad extranjera nos exijan una traducción jurada del expediente académico.
De esta forma, la formación necesaria comienza a ramificarse por dos caminos bastante separados. Por una parte, se puede contar con traductores académicos que no sean jurados y que se hayan formado de manera profesional, para trabajos como traducciones de artículos, de ensayos, de libros de texto, trabajos de investigación y todo lo que, habitualmente, esté orientado al fin docente o educativo.