Además de eso, existen factores que provocan que los precios oscilen considerablemente, algo que acabamos de adelantar antes. Si se trata de una traducción urgente, que debe ser realizada en un plazo no superior a las 24 horas, suele haber un recargo del 30% aproximado que encarece el precio considerablemente, pero que también es lógico dado que implica que el profesional trabaje con más presión y premura que de costumbre.
También aspectos como la especialización del texto, como ocurre en las traducciones técnicas, o en las traducciones juradas de inglés, no se reflejan en el precio final. El primero hace que la temática influya en el precio, el segundo puede hacer que directamente se dispare, ya que para poder hacer traducciones oficiales de inglés a español es necesario disponer de una titulación oficial expedida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
De esta forma, lo que para muchos podría limitarse a un sencillo cálculo, acaba siendo bastante más complejo. Si tenemos en cuenta todos estos factores, podemos ver que esa tarifa que habíamos estimado en unos 80 euros por 1.000 palabras para traducciones generales de inglés a español asciende a más de 100 si se pide con urgencia. Y, como hemos señalado antes, las tarifas de traducción jurada aumentan considerablemente.