Como mencionábamos antes, la calidad y la precisión en las traducciones farmacéuticas son esenciales. Para empezar porque, si nos ceñimos a los prospectos, sin ir más lejos, nos encontramos con todo un organismo, el Comité de Medicamentos de Uso Humano, especializado en comprobar la información que se muestra en ellos.
Deben cumplir unos estándares de calidad, información, detalles y legibilidad para ser fáciles de entender por profesionales y por consumidores. Y eso es algo que requiere de una labor de traducción impecable.
Más allá de eso, la rapidez con la que trabaja el sector farmacéutico obliga a una rápida introducción de medicamentos en el mercado, obligando a que los profesionales de la traducción respondan no solo con una precisión milimétrica, sino también con la mayor rapidez posible para poder facilitar esa extensión a los diferentes mercados.
Una mala traducción en un texto farmacéutico puede llevar a una ingesta inadecuada de un medicamento y a la aparición de efectos adversos, o incluso al mal empleo de instrumental médico. Esto demuestra la importancia de la exactitud y la calidad en este sector.