Transcripción de vídeo a texto

La transcripción de vídeo a texto es algo cada vez más común dentro del ámbito académico y profesional. Esta acción permite que la información sea más accesible. Así, si se necesita conocer un dato concreto, no hay que ver de nuevo el vídeo para encontrarlo, basta con leer la transcripción.

Pasar al lenguaje escrito todo lo que se dice y ocurre en una imagen de vídeo no es una tarea sencilla. Al contrario, es un trabajo que requiere mucha dedicación y que solo pueden hacer de manera realmente efectiva aquellos que tienen experiencia en la materia.

Transcripción de vídeos a texto

La transcripción de audio a texto es muy común, y se hace para facilitar el acceso a los datos y también para tener la información por duplicado, por si el audio original se pierde o se daña.

En el caso de la transcripción de un video a formato texto, estas dos razones también resultan de aplicación, pero hay otras que conviene tener en cuenta.

Un vídeo que se pasa a texto permite que este sea visionado por las personas con discapacidades auditivas y que estas puedan comprender el contenido en su totalidad. Por otro lado, la transcripción también consigue que el vídeo sea más accesible para quienes tienen problemas con el idioma. Logra, en definitiva, que el vídeo llegue a una audiencia más amplia.

Con el contenido del vídeo ya en formato texto, las labores de revisión y edición se simplifican. Leyendo el texto se pueden identificar rápidamente errores, repeticiones innecesarias, o contenido irrelevante. Detectados estos puntos débiles del vídeo en el texto de la transcripción, lo único que hay que hacer es acudir al formato visual y hacer los ajustes.

Además, como la transcripción va a contener material que en el vídeo no se verá, esta puede servir como prueba si hay algún problema.

El uso de vídeos es cada vez más común en el ámbito académico, pero estudiar a través de ellos se vuelve complicado. En este caso, la transcripción permite tener una versión escrita del contenido, algo que resulta mucho más práctico para los estudiantes.

De esta manera, incluso se puede seguir estudiando y trabajando con el contenido en entornos en los que no hay conexión a internet.

Lo más común hoy en día es abordar la transcripción de un vídeo online. El creador del contenido lo remite por correo electrónico, o a través de plataformas para compartir archivos, al profesional que se va a encargar de la transcripción, y recibe la misma por idéntico canal.

En la transcripción de una entrevista la mejor calidad se consigue cuando el trabajo se hace de forma manual, y con los vídeos ocurre exactamente lo mismo. Este proceso implica que un profesional va a visualizar el vídeo y se encargará de transcribir de forma manual el contenido, creando un documento de texto.

Para poder hacer esta tarea, el especialista debe tener buen oído y habilidades de escritura tan rápida y precisa como la que hace falta para la transcripción de textos.

Este trabajo “artesanal” garantiza que la transcripción será de la mayor calidad posible, de manera que lo transcrito coincida palabra por palabra con lo que se dice en el vídeo.

Se trata de una labor que requiere mucha dedicación y habilidades especiales y, como es lógico, esto afecta al precio para la transcripción de un vídeo. En el caso del precio para la transcripción de un vídeo en lengua extranjera, el presupuesto será todavía más elevado, porque será necesario contar con un transcriptor que, a la vez, ejerza como traductor e intérprete.

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