Lo más común hoy en día es abordar la transcripción de un vídeo online. El creador del contenido lo remite por correo electrónico, o a través de plataformas para compartir archivos, al profesional que se va a encargar de la transcripción, y recibe la misma por idéntico canal.
En la transcripción de una entrevista la mejor calidad se consigue cuando el trabajo se hace de forma manual, y con los vídeos ocurre exactamente lo mismo. Este proceso implica que un profesional va a visualizar el vídeo y se encargará de transcribir de forma manual el contenido, creando un documento de texto.
Para poder hacer esta tarea, el especialista debe tener buen oído y habilidades de escritura tan rápida y precisa como la que hace falta para la transcripción de textos.
Este trabajo “artesanal” garantiza que la transcripción será de la mayor calidad posible, de manera que lo transcrito coincida palabra por palabra con lo que se dice en el vídeo.
Se trata de una labor que requiere mucha dedicación y habilidades especiales y, como es lógico, esto afecta al precio para la transcripción de un vídeo. En el caso del precio para la transcripción de un vídeo en lengua extranjera, el presupuesto será todavía más elevado, porque será necesario contar con un transcriptor que, a la vez, ejerza como traductor e intérprete.