Corrección ortográfica

Un texto sin faltas de ortografía tiene múltiples ventajas:

• Es más claro y se entiende mejor. Ciertos errores ortográficos pueden dificultar la comprensión del texto, y hacer que el lector se confunda o entienda mal el mensaje. Al garantizar que la escritura es correcta, se facilita la lectura y la comprensión del texto. No obstante, para lograr este objetivo, también es recomendable hacer una corrección gramatical.
• Aporta credibilidad y profesionalidad. La corrección de faltas de ortografía consigue que el texto proyecte una imagen de profesionalidad respecto a su autor, demostrando que este ha dedicado tiempo y cuidado a su elaboración.
• Incrementa la legibilidad y la fluidez. Los fallos ortográficos pueden distraer al lector e interrumpir el ritmo de lectura, porque tiene que pararse a intentar descifrar o interpretar la palabra que está mal escrita. Por el contrario, si el escrito le llega correctamente redactado, puede leerlo a su ritmo con total naturalidad. A fin de conseguir una mayor legibilidad y fluidez, no está de más aplicar también una corrección de estilo.
• Aporta ventaja competitiva. Tanto en el ámbito académico como en el profesional existe mucha competitividad y es difícil destacar. Pero un texto bien redactado demuestra un alto nivel de competencia lingüística, que es algo que no tiene todo el mundo, y que se valora mucho. En situaciones en las que la comunicación escrita es importante, presentar un texto cuidado a todos los niveles aporta ventaja competitiva a su autor.
• Preserva la identidad del idioma. Los textos bien redactados le aportan múltiples ventajas a su autor, pero también al conjunto de la sociedad. Porque un correcto uso de la ortografía contribuye a preservar la integridad del idioma y las reglas definidas para él.

En un mundo totalmente conectado, es mucho más sencillo conseguir un servicio profesional de corrección de textos. Con una rápida búsqueda en internet se puede encontrar al especialista indicado para trabajar en el escrito en cuestión. Este se le remite por correo electrónico y, unos días después, el texto regresa por el mismo canal y ya en su versión corregida. Lo cual permite ahorrar mucho tiempo a la hora de realizar este trámite.

No es complicado encontrar al profesional cuyo perfil se ajusta mejor al escrito con el que hay que trabajar, por ejemplo, para hacer una corrección de textos en inglés o revisar un escrito de carácter jurídico o médico, entre otros.

Las tarifas varían en función del servicio contratado. La corrección ortográfica resulta imprescindible, pero en muchos casos también se aconseja llevar a cabo una revisión de la gramática y del estilo para que el resultado final sea perfecto.

Lo más frecuente es que la tarifa se fije en función del número de palabras o de hojas. Pero los correctores también tienen en cuenta factores como la complejidad técnica que pueda tener el escrito, o el nivel de revisión que necesite.