Veamos con un poco más de detalle cuáles son las diferencias entre estos tipos de traducción:
En la traducción jurídica los textos con los que se trabaja siempre tienen un carácter jurídico. Mientras que la traducción jurada trabaja sobre todo tipo de textos, incluidos los legales.
Cuando se tiene que traducir un texto legal, la elección entre traducción jurada o jurídica depende del destino que se va a dar al texto. Si se busca que surta efectos legales, por ejemplo, si se tiene que presentar ante una Administración Pública o como prueba en un juzgado, debería optarse por la traducción jurada. Por el contrario, si el documento solo va a surtir efectos entre particulares, como un contrato, bastaría con una traducción jurídica.
La traducción jurídica la puede llevar a cabo cualquier especialista que domine los idiomas en cuestión y el campo jurídico. En cambio, la traducción jurada solo la puede realizar un profesional que cuente con la acreditación oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En la traducción jurídica no importa demasiado la forma, mientras que esta resulta imprescindible en la traducción jurada, ya que el documento traducido debe incorporar tanto el sello como la firma del traductor para acreditar su validez.
Cuando se trata de cuánto cuesta una traducción jurada, lo habitual es que esta sea algo más cara que una mera traducción jurídica, porque es un trabajo que no puede ser realizado por cualquiera.
Conocer la diferencia entre traducción jurada y jurídica te permitirá elegir con conocimiento de causa qué profesional necesitas en cada momento.