La traducción web exige más que fluidez lingüística; requiere competencias técnicas específicas. Un traductor especializado debe tener un profundo conocimiento de SEO multilingüe o SEO internacional, entendiendo que no basta con traducir términos, sino adaptarlos para reflejar las búsquedas y preferencias de diferentes mercados. El conocimiento de la terminología digital y la familiarización con herramientas de gestión de contenidos son imprescindibles. Por ejemplo, al traducir meta-descripciones o etiquetas alt de imágenes, el traductor debe seleccionar palabras clave que sean efectivas en el idioma de destino, no solo traducciones literales de las palabras clave originales.
Además, la localización de textos debe considerar el contexto cultural del público objetivo, lo que implica adaptar la comunicación a las normas y expectativas locales. Un traductor de páginas web también debe ser un profesional con formación académica en Traducción e Interpretación, lo cual asegura una base sólida para desarrollar estas habilidades especializadas.
Asimismo, es importante que el traductor experto en localización de sitios web cuenta con experiencia en traducción audiovisual, ya que en muchas ocasiones tendrá que traducir contenidos multimedia.