La formación de un traductor especializado en el sector sanitario va mucho más allá de simplemente dominar dos o más lenguas. Para desempeñarse correctamente en este campo, es necesario adquirir conocimientos específicos tanto en terminología médica como científica, que muchas veces se consiguen a través de estudios adicionales en el área de la salud.
La preparación ideal de un traductor especializado incluye un Grado en Traducción e Interpretación, complementado con cursos o estudios en campos médicos o científicos, como la biología, la química o la farmacología. Además, muchos traductores se especializan mediante programas de postgrado específicos en traducción médica o científica.
Una parte clave del proceso de formación de un traductor para el sector salud es el manejo de la norma ISO 17100, que establece requisitos específicos para los traductores profesionales, incluyendo la gestión de proyectos de traducción y los procesos de revisión. Esta norma garantiza que la traducción médica se realice con la más alta calidad y que siempre haya una revisión especializada obligatoria por parte de un profesional en el área.
En muchos casos, los traductores también adquieren conocimientos prácticos en el uso de software especializado para la traducción profesional o la gestión de terminología técnica, como SDL Trados, MemoQ, etc. Todo esto les ayuda a ofrecer traducciones más precisas y adaptadas a las exigencias del sector.